jueves, 2 de febrero de 2017

Avenida Caseros y una historia familiar


En octubre pasado estuve en Buenos Aires en una visita bastante especial. Casi todos los días los dediqué a trabajar, a diferencia de mis visitas habituales que consisten en ver amigos y familia las 24 horas del día. En ese momento estaba en medio del trabajo para MSN (en el ultimo post conté un poquito más), y tenía sólo esa semana para hacer los recorridos en Buenos Aires, por lo tanto no había tiempo que perder.

Otra de las particularidades de ese viaje fue que mi papá se acababa de jubilar. Estoy acostumbrada de toda mi vida a que mi papá se vaya temprano y vuelva recién a las 7 u 8 de la noche. Esta vez, en cambio, me encontré con que estaba todos los días en casa! Quizás trabajando en un nuevo proyecto, haciendo varias cosas, pero en casa. Y me encantó. Pude compartir muchos almuerzos y cenas con mi mamá y mi papá, así como largas tardes de trabajo, cada uno en su computadora pero juntos al fin. Incluso, un día se ofrecieron a acompañarme en uno de mis recorridos... y llevaron la experiencia a otro nivel!

Museo Histórico Nacional y atrás el Edificio de los Ingleses.
La idea era recorrer la zona del Boulevard Caseros: las últimas cuadras de la Av. Caseros justo antes de llegar al Parque Lezama. Este es el límite sur de San Telmo, un sector que siempre fue menos turístico que la Plaza Dorrego, la feria y los anticuarios, pero en los últimos años resurgió como un polo gastronómico muy lindo, canchero y gourmet. 


Así que fuimos para allá a media mañana, dimos una vuelta mirando los restaurantes y admirando la fachada del Edificio de los Ingleses, que te hace sentir en alguna ciudad europea. Los boliches en cambio son bien porteños, con aire de cantina, algunos más chic como Caseros, otros divertidos y tribuneros como La Popular. Nos tomamos un café en Hierbabuena (adentro es demasiado lindo!) con un brownie increíble que te traen del almacén que tienen justo al lado.



Después paseamos un poco más, mientras yo sacaba fotos acá y allá. Imperdible la esquina del bar notable El Hipopótamo. Caminamos por el Parque Lezama, bajamos la barranca y me topé con el gran cartel "Bizcochos Canale" que corona el Palacio Lezama. En ese momento me empezó a caer la ficha, y me empezaron a contar...


Palacio Lezama

Ese barrio donde estábamos, que para mí era terreno desconocido, tenía gran significado para ellos. Papá trabajó varios años en Canale cuando estaban recién casados, en ese edificio tan lindo donde ahora funcionan oficinas del Gobierno de la Ciudad, pero que por afuera está impecable. Tienen varios recuerdos de esas calles "ahí te esperaba cuando te venía a buscar al trabajo, cuando D era chiquita ", "en esa esquina me llevó el auto la grúa el día que nació S", etcétera. Pudimos entrar al hall del Palacio Lezama, que tiene algunas fotos y recuerdos de la fábrica de Canale en aquella época. En definitiva, lo que parecía ser turismo urbano, se convirtió en turismo familiar, un viaje al pasado de mi familia, antes de que yo naciera.


Después buscamos un lugar para almorzar, y eligiendo por el precio del menú ejecutivo terminamos en El Viejo Vulcano. Pensé que iba a ser un bolichón medio dormido, pero nos encontramos con mesas grandes llenas de gente joven con todo el aspecto de estar en su recreo de almuerzo. Claro, desde que hay tantas oficinas del Gobierno en la zona, el barrio explota los mediodías, de ahí que prosperen estos bares nuevos. 



Esa tarde seguimos paseando bastante. Mis viejos son lo más, son activos, curiosos y divertidos, y pueden caminar muchísimo, seguro que yo me canso antes que ellos! Así que dimos una vuelta por el sector más típico de San Telmo, aunque no era día de feria pudimos entrar al Patio de los Ezeiza, y nos enamoramos de este condominio divinooo (foto) donde una vecina nos dejó pasar a sacar una fotito. Está en Defensa 1343, justo frente a la Pulpería Quilapán, lo pueden espiar a través de la puerta de vidrio. 

Condominio Defensa 1343

Edificio frente a la Plaza Dorrego, San Telmo

Resulta que no transcribí acá el post que entregué, lo que era mi plan original. Me dieron más ganas de contar la historia detrás, que es lo que me guardo como un tesoro. 

Si no fueron últimamente a la avenida Caseros, vayan, es una maravilla. Y de paso, no se pierdan de ver la Iglesia Ortodoxa Rusa, sobre Brasil en frente del parque.

¡Qué linda sos, Buenos Aires! 


Iglesia Ortodoxa Rusa

Parque Lezama




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